Un caso de éxito es gracias a la iniciativa IBM Smart Planet, permitiendo ahorrar un 10% en el coste de la energía controlando los electrodomésticos conectados a Internet, decidiendo cuándo se debían apagar o encender.
Los edificios inteligentes son el mejor ejemplo de la aplicación de Internet en ayuda al medio ambiente. En Estados Unidos, los edificios consumen un 70% de toda la energía eléctrica, pero un 50% de ésta se malgasta. También un 50% del agua consumida es desperdiciada, por lo que a la mayoría de los edificios se les dota de Smart Grid, que es una red que ayuda a optimizar la generación y consumo de energía mediante una serie de medidores inteligentes, permitiendo un consumo más sensato y económico.
En 2010 se instalaron sistemas de control que analizaban cómo interactuaban los suministros de electricidad y agua y el transporte. Más de 300 voluntarios también dejaron que se instalaran medidores inteligentes que analizarían el consumo para luego transmitirlos por wifi cada quince minutos para que el mismo usuario pudiera comprobarlo online.
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