Ya en 2008 la cantidad de dispositivos conectados a Internet superó a la cantidad de humanos en el planeta, y para 2020 se espera que más de 50 mil millones de “cosas” estén en línea. La Internet de las Cosas llegó para quedarse.
Y no se trata solamente de computadoras, teléfonos inteligentes, o electrodomésticos. En la práctica, miles de objetos podrán ser “marcados”: ropa, abarrotes y alimentos, animales domésticos y de granjas, predios agrícolas, automóviles, que informarán en tiendas, cocinas, almacenes, factorías y portales de tránsito su presencia o estado.
Todas estos objetos requerirán una dirección identificatoria y el protocolo IP versión 6 alcanzará vastamente para todos los objetos que nos circundan, calculados en mil o mil quinientos por persona en el mundo occidental. El espacio de direcciones de IPv6 es tan enorme que alcanzaría para otorgarle 100 direcciones públicas a cada átomo presente en el planeta Tierra.
Nos movemos hacia un mundo donde los sensores inalámbricos y las computadoras estarán en todas partes, en las casas, el trabajo y en la calle, gestionando y monitoreando nuestro entorno, aportando información de valor para la toma de decisiones.
Los dispositivos se comunicarán entre sí (M2M, Machine to Machine), todos estos miles de millones de dispositivos generarán una enorme cantidad de información que deberá ser comunicada por las redes provistas por los operadores de telecomunicaciones, cuyo tráfico aumentará y se complejizará explosivamente, pudiendo haber congestiones si no se prevén las necesarias actualizaciones de la infraestructura de redes.
[Fuente: IPv6 Chile]