Estas son sólo algunas pequeñas muestras de cómo Internet y las tecnologías de redes inalámbricas están llegando a nuestra vida cotidiana en forma de objetos simples, sencillos y que antes no eran más que eso, “objetos simples”, “cosas”. Hoy, un reloj puede brindarnos el aviso de que tenemos correos electrónicos para leer, así como un atleta puede tener un reproductor de MP3, radio FM y GPS en su muñeca, durante su entrenamiento. Los hogares están siendo observados por la gran industria como otro ámbito ideal, donde desembarcar con todo su arsenal de objetos con capacidad de conexión web.
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